CONOCIENDO A JESÚS

La Carta a los Colosenses, en la Biblia, nos dice que todas las cosas fueron creadas “por El y para El”, eso te incluye a ti. ¡Fuiste una creación de, y para, Jesús!

Desafortunadamente, hemos perdido contacto con esa persona porque, en vez de vivir para El, vivimos para nosotros mismos. La Biblia llama a eso pecado.

Nosotros tomamos el control de nuestra vida, en vez de permitir que sea Dios quien la controle. Y ese pecado tiene un precio.

Otro libro de la Biblia, el de Isaías, nos dice claramente que nuestros pecados nos han separado de Dios. El pecado ha puesto un muro entre ti, y Aquel que te creó.

Así que estás distante de aquel que tiene el amor, el significado y las respuestas que necesitas.

Y si murieras, ese muro permanecería … estaría separándote de Dios por la eternidad.

En la Carta a los Romanos, en la Biblia, Dios dice que el precio del pecado es la muerte. Nuestro pecado conlleva una pena de muerte eterna.

A pesar de eso, existe la mejor noticia que puedas tener. Dios te amó tanto que envió a Su Hijo Jesucristo para pagar por tu pecado.

El apóstol Pedro, al escribir una de sus cartas, dice que Jesús pagó por nuestros pecados en su propio cuerpo cuando murió en la cruz. Con su muerte el pagaba la deuda que tu y yo merecemos. Tu pecas y Jesús paga.

De manera que puedes recibir perdón y Dios borra de su memoria todos los pecados cometidos. El muro que te separaba de Dios es derribado.

Cuando mueras, puedes tener la seguridad que irás al cielo con Cristo. ¿Cómo? Bueno, Dios nos dice en el Evangelio de Juan que:

De tal manera amó Dios al mundo, que envio a su Hijo, para que todo aquel que en el cree no se pierda más tenga vida eterna.

Ahora, creer en Jesús es como aferrarte a un salvavidas si te estás ahogando.

Por eso quiero invitarte a aceptar a Cristo, como el salvador, ahora mismo, dondequiera que te encuentres. Quizás me puedes seguir, repitiendo conmigo esta oración personal de compromiso con Cristo:

“Jesús, yo he estado controlando mi vida… ¡Ahora renuncio!.
Sé que mi pecado lleva como castigo la pena de muerte, pero sé también que tu, Jesús, pagaste ese castigo cuando moriste en la cruz. Así que, pongo toda mi confianza en ti para que perdones
mis pecados, me lleves contigo al cielo, y me des la relación 
para la cual me creaste”.

Bien, esa oración de compromiso, que sale del corazón, te trae a la familia de Dios por la eternidad.

La Biblia dice que todos aquellos que creen en lo que Jesús dijo y creen en Su padre, reciben el perdón y van con él al cielo. ¡Punto! o hay nada más que añadir o que hacer.

Por supuesto, cada relación necesita nutrirse y crecer. Déjame decirte que tres cosas puedes hacer para crecer en tu nueva relación con Dios.

Primero, encuentra una comunidad de fé cristiana donde se enseñe la Biblia y que Jesús es el único camino al cielo.

Segundo, pasa todo el tiempo que puedas leyendo la Biblia, la Palabra de Dios.

Finalmente, habla regular y frecuentemente con Dios por medio de la oración.


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